lunes, 24 de agosto de 2009

La calle del adiós...



Todas las mañanas cuando salgo al trabajo, a cumplir con la rutina diaria y paso por esta calle con un sol cálido que pareciera sumergirse en la más triste soledad pues el cielo es despejado y no hay una sola nube que le haga compañía, cada vez que paso por allí no puedo olvidar aquel momento en que me dijiste adiós, es mi calle favorita, cuando camino por ella en la noche con una luna llena rodeada de nubes que pareciera desearan abrazarla consentirla darle amor debido a lo hermosa que está.


Paso en la noche y no puedo sentir admiración por tanta belleza concentrada en un solo espacio, sus faroles encendidos que al pasar por su lado siento como si de alguna manera trataran de saludarme, trataran de regocijarme en su luz y hacerme olvidar de tu partida y mi soledad.


Esta calle es tan tranquila pero al mismo tiempo tan inquietante y misteriosa, sus arboles ya viejos que aunque no se cuanto tiempo llevan allí plantados si me deja ver que sus ramas secas y casi sin hojas son la clara evidencia del paso del tiempo, pero esta calle es tan única que se me ocurre pensar que cada hoja que ha caído de estos arboles ha sido testigo de alguna historia, tal vez feliz, tal vez triste o quizás trágica o en como en mi caso algo para nunca olvidar.


Esta calle fue testigo de nuestra historia, en esta calle te conocí, te enamore y me dijiste que si en medio de estos faroles y viejos arboles, esta calle fue testigo de nuestro amor pero también de nuestro adiós. Y cada vez que paso por ella no puedo dejar de recordar lo que vivimos allí, cuando camino y piso cada hoja de aquellos arboles y observo la luz de los faroles que tratan de darme calor no puedo olvidar cuanto te ame, cuando me siento solo y triste en la noche no hay nada que me haga sentir mejor que esta calle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguien alguna vez dijo que la soledad es hermosa cuando hay con quién compartirla. Aunque el hecho de estar solo es a veces “incómodo”, vale la pena valorar esos momentos para dedicarlos a ti mismo.